En una boda no es fácil decidirse por los colores que van a presidir no solo por los trajes de los novios, aunque esta decisión ya se intuye que no tiene mucha complicación puesto que el blanco y el beis para la novia y el azul marino o negro para el novio son los colores más tradicionales.
Lograr una buena combinación en el conjunto de una ceremonia es cuestión de gustos como es natural, pero tenemos dos opciones que contaros.
Una decoración discreta para tu boda con colores neutros
Para que la decoración de tu boda sea discreta, pero única e inolvidable, cada detalle escogido hará que tu fiesta marque la diferencia con los distintos elementos decorativos, como por ejemplo las cortinas, moquetas u alfombras, toallas y arreglos florales que son los que transmitirán personalidad y estilo.
Si los novios se casan en una iglesia, podemos encontrarnos con arquitecturas con una historia centenaria, con una visual muy atávica y repleta de detalles para acompañarlo con colores discretos.
Si la iglesia en la que te casarás fuera de ese tipo, elige una decoración sencilla, similar a la de los casamientos clásicos, que usa pocos elementos. Enfócate en la decoración del altar y haz que tu casamiento sea maravilloso con una larga alfombra para boda de color beis.
Luego llega el banquete en un gran salón y para quienes quieren continuar con la decoración pero un poco más desenfadada, los colores van tomando un tono más profundo y llamativo pero sin variar mucho la decoración de la iglesia.
Ligeros cambios en las mesas como los centros de flores o los portanombres serán suficientes.
Para los novios más atrevidos y apasionados, los colores más llamativos darán más protagonismo
El color rojo por su puesto, a quién no le atrae el rojo pasión y el glamour festivo de una alfombra roja rutilante ante la mesa de los novios o al pie de un photocall.
Daremos la merecida imagen y relevancia a nuestros invitados, haciendo que se sientan protagonistas del evento.