En España y otros países de Europa, así como de otros continentes, los eventos feriales constituyen un gran escaparate sectorial para que miles y miles de particulares y profesionales se den cita para exponer y visitar nuevos productos. Para ello el consumo de moqueta ferial en estas grandes superficies es muy alto, causando un impacto medioambiental negativo.
Cuando no se recicla tiene como consecuencia directa un aumento considerable de la producción de los envases de productos que consumimos a diario, algo que supone un mayor uso de recursos naturales como el agua y la energía eléctrica.
Después de tantos años, el precio de la conveniencia de no reciclar nos ha pasado factura y vemos cómo playas y paisajes naturales se han llenado de vertidos.
Los desechos o materiales que no se reciclan tienen que ser incinerados en el menor tiempo posible. Esto genera cenizas y gases tóxicos que aumentarían los niveles de contaminación en el aire, generando a su vez problemas respiratorios para los habitantes de ciudades o regiones enteras.
El daño más evidente son la desaparición de bosques y ecosistemas al utilizar la madera para determinados procesos productivos, por tanto la deforestación de bosques y reservas naturales en el uso de productos químicos y conservantes conlleva a la desaparición de especies animales y vegetales que tienen como hábitat estos espacios.
Las consecuencias de no reciclar pueden verse en el mundo actual, especialmente en aquellas regiones donde no es una práctica cotidiana ni se destinan recursos para generar conciencia sobre su importancia. Las imágenes muestran muchas veces la cara real de los problemas.
Afortunadamente el precio de la moqueta a pesar de ser estable en el mercado en función de la oferta y la demanda, pero también proporcional en función de la materia prima, ha supuesto una ventaja ecológica cuando se recicla, porque lo notamos cuando vemos espacios más limpios y menos emisiones de humos por la industria en la fabricación de moqueta ferial.
La moqueta ferial reciclada se fabrica a partir de plásticos y restos de envases de todo tipo, siendo el resultado de igual calidad que en su forma tradicional de fabricación, pero con la ventaja de que la materia prima no proviene directamente del petróleo, sino de envases ya usados.
Estos envases son triturados a tamaño muy pequeño y son tratados a temperaturas altas para fundirlos en pequeñas granzas plásticas. Una vez hecho este proceso se pasa por un filtro que convierte la granza en filamentos muy finos formando una hilatura entrelazada, que va compactándose a medida que pasa por una calandra.
Este sistema de producción de moqueta ferial reciclada es muy beneficioso y los resultados son excelentes. De esta forma evitaremos contaminar el medio ambiente y al acabar un evento la propia moqueta al llevarse a puntos limpios servirá de nuevo para ser reutilizada en una nueva.
