Los preparativos de una boda pueden abrumar si nos decidimos por hacerla de una manera muy sofisticada y detallista, tanto en las formas como en el fondo. Lo que sí es cierto que hay una infinidad deformas a la hora de celebrar una boda y sobre todo de decorarla. Así que en este artículo empezaremos primero por centrarnos en tres grandes grupos de ceremonia, las religiosas, las civiles y las uniones de hecho.
La decoración de una boda religiosa
Todos hemos asistido alguna vez a una boda católica en una iglesia y en ella hemos podido ver cómo los invitados suelen esperar a los novios dentro de la iglesia. La madrina acompaña primero al novio del brazo hacia el altar y esperan la llegada del padrino y la novia que hacen su entrada haciendo el paseíllo característico nupcial sobre alfombras rojas o blancas, los colores más usados en la decoración de una boda. Tras la presentación, saludos y primeros comentarios de los novios en el altar, llega el sacerdote que empieza dando la bienvenida a los asistentes también rodeado de una gran alfombra que circunda la mesa de homilías. Las alfombras son una forma de llamar más clásica al tapiz que tradicionalmente lleva un ribeteado y una decoración florida de un extremo a otro. En cambio cuando hablamos de moqueta suelen ser de colores lisos del tipo ferial.
Alfombras modernas para bodas civiles
Para los que quieren celebrar su boda por lo civil, la opción más común es la de hacerlo en un edificio público, como el despacho de un ayuntamiento o un lugar anexo a éste. En este caso los rituales suelen variar y no tienen por qué ser tan protocolarios como los organizados en las iglesias. Pudiendo llegar al mismo tiempo tanto la novia como el novio y la decoración dependerá mucho del espacio donde se haga la firma. Así que si es un espacio amplio quizás puedan pedir permiso para colocar una moqueta moderna o utilizar cualquiera de las alfombras tradicionales del tipo pasillera que existen en el mercado.
Decoración libre en bodas de hecho
Las bodas de hecho tienen la ventaja de que no necesitan un cura ni oficiante para enlazar a los novios de forma registral. En estas celebraciones las decoraciones pueden adaptarse al 100% conforme a los gustos de los novios. Así que la imaginación es el único límite que tienen los novios, pudiendo hacer el oficio de la boda en una playa de fina arena blanca, en un amplio jardín verde y frondoso o en el gran salón de un hotel. En este tipo de celebraciones tanto la decoración como los vestidos son más informales, en este sentido lo más usual es utilizar una ambientación más moderna que clásica optando por moquetas del tipo ferial en lugar de las alfombras o felpudos. En cualquiera de los casos y como en cuestión de gustos no hay nada escrito, siempre aconsejamos que acompasen los colores por encima de todo en caso de que se combinen detalles florales y algún tipo de cinta o lazo.