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Normalmente los lugares campestres que más brillan por sus paisajes naturales en Andalucía son espacios protegidos, así que si queremos celebrar una boda verde tendremos que pensar en un cortijo, parador, finca o hacienda, muy típico de la geografía rural andaluza. Pero cuando estamos buscando un lugar para celebrar una boda, al buscar en internet tenemos varias posibilidades, en donde podemos encontrar diferentes acepciones, desde una hacienda, finca, cortijo o parador.

Hay que precisar que existen diferencias entre algunas de estos espacios rurales, por ejemplo, entre una Hacienda y un Cortijo hay que tener en cuenta que en la primera se centraba históricamente a la producción de aceite, además de aglutinar varias construcciones, entre ellas las dependencias de los jornaleros, la casa señorial donde habitaba el dueño y un gran almacén donde se almacenaba la producción, maquinaria y aperos. Tanto haciendas como cortijos son grandes construcciones  en muchos casos históricas que han sido transformadas para el uso en eventos y que están rodeadas de una gran cantidad de hectáreas. A la hora de celebrar una boda este tipo de instalaciones están adaptadas a veces de manera que en muchos casos conjugan el componente histórico de la edificación con un toque más contemporáneo.

Lo bueno de las haciendas y cortijos o fincas que se dedican a celebrar bodas es que siempre encabezan su entrada con una alfombra, un artículo decorativo que se puede adquirir a muy buen precio. La ventaja de las alfombras para bodas es la de pueden usarse tanto para bodas en exteriores como en interiores, dándole un toque de distinción a todo enlace matrimonial.

Una disposición típica de estas alfombras es colocarla en la misma entrada principal o pórtico que conduce hasta la entrada del cortijo o hacienda. Pero hay que tener en cuenta que ante un día de lluvia todo sobra en las afueras del cortijo, así que como mucho se tendrá que pensar en si hace algo de viento y clavar en varios tramos de la alfombra unas fijaciones cuando el suelo es de tierra. Normalmente cuando la entrada es de albero la alfombra o moqueta se suele poner de color rojo o un verde oliva, este último color muy característico de estos ambientes rurales propios de la campiña andaluza. Otro color que nunca pasa de moda es el blanco, sobre todo cuando se extiende la alfombra sobre hierba de color natural.

Lo cierto es que son muchos detalles los que se lleva una boda, ya sea rural o convencional en la gran ciudad, lo que diferencia una de la otra es la posibilidad de realizar el banquete al aire libre cuando hace buen tiempo claro. Tras elegir la casa rural, la siguiente gran decisión para los novios es la comida. Algunas casas rurales ofrecen restaurante, otras trabajan con una empresa de cátering y otras muchas no dan opción de restauración, por lo que tendréis que buscar vosotros el cátering, no en vano es una parte importante del presupuesto.

Una ventaja que tiene la celebración de una boda de día en un cortijo es la de disfrutar de la luz natural,  sobre todo será el fotógrafo quien tendrá que jugar con las sombras para contrarrestar la luz directa y dura que sobre ilumina el rostro de los novios o invitados, porque cuantas veces nos han hecho una fotografía con la luz del sol frente a nosotros y por instinto hemos fruncido el ceño o medio cerrado los ojos, verdad ¡.  Pero otra ventaja de la fotografía nupcial en ambientes rurales es la que se hace entre pórticos, jugando con las sombras y la profundidad, sobre todo si está acompañada con una alfombra, quedando este tipo de fotografía muy bohemia.

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