Son muchas las ferias y exposiciones donde se ofrecen soluciones y productos ecológicos libres de sustancias tóxicas y que reducen considerablemente el impacto que pudieran causar para nuestras vidas. Las moquetas para eventos ecológicos son un ejemplo de ello, pues son recicladas de otras ya usadas. Biocultura es un ejemplo de encuentro internacional relacionado con el consumo responsable y de productos ecológicos que tiene lugar en diferentes ciudades de España, considerada entre las dos ferias más importantes a nivel europeo, se dan cita en ciudades como Sevilla, Valencia, Bilbao, Barcelona, Madrid y A Coruña.
En este tipo de eventos las empresas de servicios e industriales son cada vez más conscientes de la problemática de la contaminación ambiental, por eso tanto iniciativas principalmente privadas como públicas investigan e invierten en soluciones para aminorar esta contaminación y preservar nuestros recursos naturales con más responsabilidad corporativa. Uno de estos ejemplos es la reforestación de nuestros bosques, ya que en muchos territorios podemos encontrarnos serias devastaciones causadas en muchos casos por incendios o por la irresponsable gestión de construcciones desmedidas sobre entornos naturales. El deterioro ecológico y el cambio climático que sufrimos es debido a la disminución tan acelerada que hacemos de nuestros bosques, por ello debemos calcular, reducir y compensar el impacto que causamos sobre el ecosistema, especialmente la contaminación en CO2 que es la más tangible y la que respiramos sobre todo como causa principal originada por el tráfico de vehículos en grandes ciudades.
En estos eventos se pueden encontrar otras iniciativas relacionadas con la biocultura, destacando aquellas que reducen la huella ecológica y que mejora la competitividad de aquellas empresas que consideran la variable ambiental como referencia para elaborar productos más sostenibles potenciando el ecodiseño como seña de identidad. Al igual que las propias organizadoras de eventos que utilizan moquetas recicladas, nosotros mismos desde nuestro hogar podemos contribuir a reducir nuestra huella ecológica en el planeta donde vivimos. Gestos sencillos como cerrar el grifo mientras nos cepillamos los dientes o cuando nos estamos enjabonando en la ducha, reducen la factura en cuanto a consumo de agua y estamos contribuyendo a preservar las reservas de agua de nuestros embalses. Otro aspecto a tener en cuenta cuando nos desplazamos es la cantidad de veces que utilizamos nuestro coche, pudiendo usar como sustituto el transporte público, de esta forma reducimos la contaminación tanto en CO2 como la acústica provocada por el ruido.
No olvidemos que una fuente de contaminación derivada de la polución ambiental es la que provoca el tráfico rodado con la emisión de ruidos. La contaminación acústica es la polución invisible que lentamente cala en los seres humanos como la lluvia fina y que nos hace enfermar por estrés. Las moquetas que se usan en el hogar cumplen una función inestimable, además de dar calidez en invierno a nuestro salón, amortigua los ruidos causados por impacto. Otra de las soluciones que encontramos en los grandes eventos dedicados a la protección del medio ambiente es la utilización de cortinas acústicas, una solución muy práctica que evita la filtración de ruidos a través de las ventanas en los hogares.