Ya hemos comentado en otras publicaciones las tendencias que se están imponiendo en cuanto a celebraciones de bodas, centros históricos declarados de interés cultural como por ejemplo el Palacio de Mijares y otros similares son espacios únicos, un ejemplo que conserva su esencia medieval y que cuentan con todos los servicios necesarios actuales para disfrutar de una jornada inolvidable, tanto para los novios como para los invitados.
Los paradores y edificios históricos proporcionan un espacio idílico, maravilloso, de otra época, con un estilo distinguido que invita a cualquiera a hacer fotos y videos, pues cualquier toma va a ser única. Este tipo de centro histórico se habilita para la celebración de todo tipo de eventos, como reuniones familiares, de empresas, está dotado con varios salones para disfrutar de los mejores banquetes y unos menús y carta excepcionales.
Para organizar una boda medieval sea el lugar que elijamos, se necesitan de unos organizadores especializados que tengan bien atados todos los detalles, desde el banquete, actividades lúdicas propias de la época, vestidos y atuendos históricos, entre otros aspectos.
Cuando los novios deciden organizar una boda al estilo medieval llega la hora de comunicárselo a sus familiares y amigos, no es fácil de encajar en principio esta idea, porque puede chocar un poco al principio y para algunos hasta les puede parecer un tanto retro. Sobre todo cuando se les dice a los invitados que se tienen que vestir con ropas de la época medieval. Afortunadamente las empresas organizadoras de este tipo de bodas cuentan con un vestuario amplio para que los invitados se sientan lo más cómodos posibles, ya que habrá quien no quiera un atuendo muy recargado y prefiera llevar algo más sencillo y ligero.
Si lo pensamos bien, ninguna persona hace su vida diaria vestido con trajes de baile, tacones, chaqué u ostentosos y sofisticados vestidos, prácticamente cuando vamos a una boda nos disfrazamos, sea cual sea la temática de la boda. Por este motivo cuando nos proponen un vestuario medieval lo mejor es aceptarlo con humor. Paralelamente y junto al vestuario, espacios históricos adaptados como el Palacio de Mijares disponen de amplios jardines donde poder celebrar actos propios de la época, desde bailes tradicionales a juegos de entretenimiento al estilo juglar.
Los invitados al principio pueden sentirse un tanto retraídos durante los primeros momentos de la boda, pero a medida que pasan las horas y con una ambientación exprofesa, seguro que van entrando incluso en el papel de un auténtico personaje de la época medieval, hablando con ese donaire respetuoso del castellano antiguo al que animan los organizadores. Todo se va integrando poco a poco, sobre todo cuando llega el momento de sentarse a la mesa para gozar de las delicias culinarias y de la decoración misma de las mesas con jarrones de cerámica y flores.
En este tipo de celebraciones la decoración juega un papel fundamental, para ello hay muchas posibilidades, entre ellas podemos encontrar mesas con vajillas de cerámica tradicional, las mesas y sillas en madera envejecida, moquetas y alfombras en materiales vegetales como el sisal o el yute, además de accesorios de madera como viejos arcones, cortinajes teatrales de generosos fruncidos con detalles bordados en oro y estandartes dentro de sus salones o fuera en carpas habilitadas en los jardines del propio palacio.